El cuerpo ya estaba pidiendo un nuevo chute de trail del bueno y ningún sitio mejor para quitarse el mono que Marruecos.
Acabamos de llegar de un magnífico viaje en el que hemos disfrutado muchísimo y nos hemos saturado, si eso es posible, de moto.
Esta vez viajábamos Miguel "El Tuercas", Angel, Fali y yo; los cuatro con BMW GS 1200.
El primer día dormimos en Tánger y al día siguiente paliza de 800 km. por carretera hasta Ouarzazate. Allí nos alojamos en el encantador hoter Dar Kamar propiedad de nuestro amigo Juan Antonio que había accedido a prepararnos una ruta no habitual por las deserticas pistas del sur y acompañarnos con su Land Rover.
La pista comenzó con un tramo de arena finísima (es lo que se conoce como fech-fech) por la que era realmente difícil rodar con nuestras motos (cuanto eché de menos allí la KTM)
Aquello era realmente agotador
Afortunadamente y con mucho trabajo pudimos franquear ese tramo de fech-fech y nos metimos en una pista pedregosa que pronto nos pasó factura en forma de llantazo y raja de la cubierta.
Afortunadamente llevábamos cámara de repuesto
Ya con más precaución y más presión en las ruedas delanteras continuamos nuestro camino por pistas duras con algún tramo de arena pero no tan complicada de pasar como el fech-fech
Aquí estamos bajando a un cráter (supongo que producido hace millones años por el impacto de un meteorito) de unos 10 km. de diámetro
Rodando por el lecho del cráter
Pasamos luego por un tramo que había sido parte de una de las etapas del Dakar y por tanto había infinidad de roderas y la arena estaba bastante movida.
Tambien disfrutábamos con tramos rápidos, aunque había que tener cuidado con las frecuentes trampas de arena que se intercalaban con zonas de pista dura.
No hace falta tener un pedazo de BMW para andar por el desierto.
Poco a poco se nos iba echando la noche encima y nosotros estábamos en mitad de ninguna parte.
Afortunadamente teníamos las coordenadas de los pocos albergues de la zona y conduciendo un buen rato de noche logramos llegar a uno de ellos.
Donde pudimos reponer fuerzas y dormir
Al día siguiente nos dimos cuenta que el paisáje que nos rodeaba era fantástico
Continuamos nuestro camino por pistas muy bonitas y por donde rodábamos sin problema
Disfrutábamos tanto que tardamos en darnos cuenta que nos habíamos equivocado de camino y ahora tendríamos que volver a la pista buena tomando un atajo entre las montañas que nos obligaría a subir a un collado al que se llegaba subiendo una pendiente de arena blanda que nos dió bastante trabajo y que tuvimos que superar cogiendo carrera desde el valle y subir con velocidad e inercia
Como véis blandita estaba la arena
Pero nada se le resiste a MIC
Cogiendo velocidad
Y subiendo hasta arriba (el puntito de arriba soy yo)
Mis compañeros tambien lo logran y ahora tenemos que circular entre las montañas por una zona de mucha arena y piedras que nos hace sudar.
Por fin logramos llegar a la pista buena y volvemos a disfrutar rodando por terreno duro y paisaje maravilloso
Pasamos por una garganta a traves de la cual se adentraba un camino de arena por donde si circulabas a buen ritmo y dando gas no planteaba grandes problemas. Aunque alguno tuvo algun percance
De ahí pasamos a una gran llanura donde era fácil rodar fuera de pista
De vez en cuando pasábamos algún tramo de arena que a veces creaba algo de dificultad
Despues de dos dias de pista alcazamos la carretera y nos dirigimos al magnífico Hotel Xaluca a quitarmos el polvo del camino
La buena vida duró poco. A la mañana siguiente nos dirigimos hacia la Garganta del Todra
Y desde ahí comenzamos a adentrarnos en el Atlas
Primero por carretera
Y luego por campo
La pista iba cogiendo altura y acabamos encontrandonos con esto
Cuando pasamos esta zona la pista comenzo a descender y dejamos atrás la nieve pero ahora nos veímos obligados a vadear multitud de veces el rio que descendía por el valle
Afortunadamente no tuvimos ninguna incidencia desagradable con tanto vadeo y despues de mucho rato divisamos de nuevo un pueblo.
Continuamos y pasamos por varios pueblos en donde no dejabas de asombrarte de las condiciones de vida de esta gente.
Pasamos zonas con grandes charcos y mucho barro y de nuevo volvimos al asfalto
Hicimos muchos kilómetros por carreteras de montaña atravesando magníficos paisajes y a las siete de la tarde alcanzamos la carretera general en donde por primera vez en todo el día pudimos parar en una cafetería para beber y comer algo. Nos entretuvimos muy poco porque aún estábamos a más de 250 km. de Meknes y ese tramo lo tendríamos que hacer totalmente de noche. Llegamos al hotel a las once y media de noche un poco hartos de moto.
Al día siguiente hicimos el viaje de vuelta de Meknes a Sevilla sin novedad destacable.