Pues os debía una crónica de la escapada que hice con una par de amigos a Marruecos esta Semana Santa. La pena fue que por trabajo solo pude ir cinco días, ellos se fueron 9, y por tanto bajaron mas aun llegando a unos sitios impresionantes, pero gracias a Dios, no me quedé con "hambre" de moto, paisajes, campo y la libertad de rodar por el campo kilómetros y kilómetros.
Mi KTM se portó de categoría, ni un solo pero, increíble lo bien que ha ido, y eso que las hemos castigado en algunos tramos. Las dos Yamahas, lo mismo, tan solo un problema de suspensión antes de que yo llegase, y que solventaron en un taller sin problemas
Intentare no enrollarme demasiado y dejaros documentación gráfica tan solo.
El primer día, iba a ser un coñazo asfáltico, casi 800 km desde mi casa hasta Midelt, bajada a tope para empezar a subir. Allí tengo que reunirme con mis amigos para empezar a subir juntos.
Este es el hotel de Midelt, muy recomendable para moteros, muy completo, limpio, cómodo, barato, y motos dentro.
Y comienza el día siguiente, poniendo rumbo al circo de Jaffar
Tres días antes toda esta zona era impracticable de nieve, ahora barro, y algunos grupos de moteros, es lo único que nos encontramos, como unos alemanes.
Con todo el barro del deshielo, no hay ni quien se incorpore en las gomas de las estriberas, así que al suelo, y fuera gomas
Cruzado el circo, descendemos un poco adentrándonos en el despoblado Marruecos rural, salpicado de pequeñas casas en mitad de la nada, con paisajes tremendos
A veces con el hambre, acudes al olor del humo de una barbacoa..., aunque eso del hambre es relativo, y tal y como llega, se va...
Así que paradita, y a tirar de los aperitivos que rebosan en mis alforjas
Increible el bosque de los cedros
Esta claro que después de una dura jornada..., pues no se yo si es que esta cerveza esta mas floja..., este fue el trabajo de los tres, y ahora a cenar, ¿restaurante de lujo?
Y a dormir, que mañana queda otra jornada interesante
La famosa ciudad de Ifrane, un poco de turismo, y al campo
La curiosa estación de esquí, donde nos metimos pista arriba con las motos
Increíbles los pequeños grupos de casa en las montañas, y más increíble la sensación de tirarte en la nieve un día de calor y moto
La cosa se pone entretenida, y el hambre llega en mitad de la nada
Y uno de los mayores gustazos, cocinar en mitad de la nada, y que te salga bien!!
Y como en la mitad de la nada no hay agua potable, y nos queda poca... hala!!
Que conste que me salió buenissssimo
Lo que tiene que pasar después de una sobremesa de diez entre amigos, y tras una siesta en mitad de montaña.
A punto de darme un baño, pero era un tramo junto a una presa, y unos funcionarios de la presa, me dicen que ni se me ocurra. Pantalones para arriba otra vez y seguimos el camino.
Chaouen de despedida, y a correr para el ferry de vuelta., que vamos tarde.
Y aquí acaba todo, muy satisfecho de lo intenso del viaje aunque corto, y la moto..., un diez!!