Acabada una edición más de la Transmaroc.
Hemos visitado lugares turísticos y habituales, pistas clásicas dakarianas que siguen conservando intacto su sabor africano... pero también hemos visitado lugares aislados completamente del turismo, hermosas joyas naturales y pequeños y aislados aduares perdidos y de difícil acceso.
No hemos cumplido el programa previsto, ni falta que hace, Marruecos es país extenso y de grandes contrastes. Hemos tenido que adaptarnos a las necesidades del grupo y a los imprevistos, y no ocultamos que nos satisface, porque cualquier plan de viaje ha de ser flexible.
Como siempre, cada uno ha elaborado su plan de viaje y ha escogido su ruta diaria en función de sus preferencias. Cada grupo hemos llegado a final de ruta y hemos compartido experiencias. El de Bilbao ha arriesgado, y se lleva sensaciones contradictorias, pero le quedará una gran satisfacción al haber superado retos... para eso es de Bilbao oiga.
Un grupo excepcional que ha afrontado cada día los obstáculos, a veces complicados, con decisión y solvencia. Por lo general, cada jornada ha recompensado ese esfuerzo.
Justo en su primer contacto con las dunas:
Edu "El Bala" con su ífrica Queen, quien ya había surfeado allá por el 86 en Argelia. Feliz reencuentro:
Tíºmulos funerarios de 3.000 a D.C.
Redjem o tumba antigua venerada, absorbe la impureza, la angustia y el mal:
El mirador de Buitek o "Forlingo":
Continuará...