“Viajar es poseer el mundo, con mayor plenitud y satisfacción que la proporcionada por aquello que se compra o se conquista, no es una posesión egoísta, ni nadie se hace más pobre porque tú hayas hecho el mundo tuyo, disfrutas de todas las satisfacciones de la posesión sin las responsabilidades que implica la propiedad, adquieres un patrimonio que no tributa, ni se deprecia, ni se deteriora con el tiempo, y al pasar de los años acumulas un tesoro al que siempre puedes recurrir como resplandecientes diamantes en forma de recuerdos.”
[/i][/size] “El núcleo esencial del alma humana es la pasión por la aventura. La dicha de vivir proviene de nuestros encuentros con nuevas experiencias, y de ahí que no haya mayor goce que vivir con unos horizontes que cambian sin cesar, con un sol y un cielo que es nuevo cada día.”
[/size][/i] “A pesar de los modernos medios de comunicación el mundo es del mismo tamaño que ha sido siempre y resulta sobrecogedor pensar cuanto de él no veremos jamás. No es difícil dar la vuelta al mundo, tomas unos aviones y en pocos días lo has hecho, pero para conocerlo, olerlo y sentirlo bajo tus pies tienes que hacerlo lentamente, es entonces cuando el mundo es inmenso, y el viaje no es más que una estrecha línea infinitamente delgada sobre esa inmensidad de sensaciones, gentes y lugares por conocer.”
“El ferry estaba amarrado a un muelle sobre la presa de Asuan. No era un barco sino dos, dos pequeños barcos de vapor con palas unidos entre si e impulsados por una sola pala. El más próximo era el de primera clase, la moto y yo tenemos que cruzar al barco de segunda clase. Aunque esto no es problema para mí, puedo ver inmediatamente que será imposible llevar la moto hasta allí. Yo lo veo claro, pero los mozos solo ven una magnífica oportunidad de ganarse unas buenas propinas si consiguen lo imposible.
Si, si, si, gritan, y en un revuelo de brazos la Triumph es subida a pulso desde el muelle hasta el pasamanos de la borda, desde la borda la van pasando a través de escotillas, repisas, balizas y antepechos, ciento ochenta kilos de metal, arrastrados, deslizados, alzándose y cayendo entre rugidos y maldiciones de los mozos, mientras yo sigo la escena con impotencia y resignación. Finalmente la moto se queda suspendida sobre el agua, en equilibrio entre los dos barcos, los brazos extendidos sólo pueden sujetarla pero no moverla, sostenida prodigiosamente por el pedal de freno que se había enganchado en la barandilla del segundo barco. Los músculos desfallecían, el pedal se estaba empezando a doblar y pronto resbalaría precipitándose al agua, y así finalizaría mi viaje en el insondable cieno del Nilo. En el último momento una soga con un garfio descendió milagrosamente del cielo salvando la situación y el viaje.”
“Duermo ilegalmente sobre la cubierta del barco de primera clase porque la cubierta del barco de segunda es indescriptible. Haría todo el viaje a nado antes que dormir allí. Cientos de camelleros de Nubia están volviendo a Sudán con sus enormes bolsas de cuero y sus látigos para recoger otra remesa de camellos y llevarlos al interior de Egipto. Todos van vestidos de un blanco mugriento y se tumban codo con codo entre sus fardos ocupando toda la cubierta. Los huecos que quedan entre ellos están llenos de cáscaras de naranja, colillas y escupitajos. Las voces y los salivazos son un constante ruido de fondo. Se puede oir el tejido pulmonar desgarrarse en jirones y el jugo viscoso que produce vuela por la cubierta del barco en todas direcciones.”
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