Así es Papayoya, es que si me voy al cabezo de la esquina está el Seprona esperándome para multarme, los ecologistas te tratan de incívico, los vecinos te miran con malos ojos y piensas que eres uno de esos macarras de las motos y los propietarios de fincas te ponen todo tipo de trampas para que no pases.
Sin embargo a tan sólo 35 minutos en barco desde Tarifa, o sea, ahí mismo, tenemos una tierra donde eres recibido con los brazos abiertos, con unos paisajes, unas carreteras y unos caminos que quitan el hipo, una cultura absolutamente diferente que hace que pienses que estas en un remoto país en la otra punta del globo y donde un aficionado a las motos no solo es que no esté mal visto, es que te tratan con admiración y hacen todo lo posible por ayudarte y por que lo pases bien, empezando por la policía.
Con semejante panorama comprenderás que el futuro está Marruecos. Ellos lo saben y se aprovecharan de ello. Y yo que me alegro.