Esa moto, que la llamábamos la motofeber, ha sido una de las motos con que más me he divertido, tiene un motor extraordinario y lo único que fallaba era que no tenía suspensiones buenas y que detrás el freno era de zapata, pero que funciona bien, pesa poquísimo 125 kilos y te lleva al fin del mundo y bajita, hoy en día, le hubiera mejorado las suspensiones y estaría encantado con ella, el motor es una maravilla como suena.